Los tunos, junto a la canciller alemana Angela Merkel en Berlín
Los tunos se plantaron frente a su piso en Berlín y la canciller alemana bajó a darles las gracias personalmente
Han roto el protocolo y han echado por tierra la imagen de mujer dura e inflexible de la canciller alemana, Angela Merkel. Los miembros de la tuna de la Escuela de Arquitectura Técnica de Granada lograron en Berlín lo que muchos turistas y ciudadanos alemanes nunca consiguieron: hacer que la poderosa ‘dama de hierro’ saliese de su refugio en el centro de Berlín para hablar con ellos.
Fue durante un viaje que los tunos granadinos realizaban por Europa hace solo unos días. En la capital alemana, los tunos supieron que la canciller no vive en un palacio especialmente protegido, un recinto presidencial como en España es La Moncloa en Francia el Palacio del Elíseo o en Estados Unidos la Casa Blanca. Merkel habita en su antiguos piso del centro de Berlín, frente al museo de Pérgamo, en el barrio de Mite, junto al canal del río Spreen, que es el que atraviesa la ciudad.
Los tunos pensaron que una serenata a la mujer más poderosa de Europa quizás serviría para rebajar la tensión económica y hacer que mejorase la prima de riesgo española, o incluso que el Banco de Crédito Europeo se decidiese a comprar deuda, que falta nos hace. Se colocaron al otro lado de la calle y lanzaron sus canciones al viento, desde ‘Clavelitos’ a ‘Granada’. Y se hizo el milagro: Angela Merkel escuchó la música, se asomó al balcón, como manda la tradición, y además bajó a la calle para saludar personalmente a los tunos. Estuvo con ellos, sin policías, y se dejó fotografiar por los granadinos ante la sorpresa de todos los que pasaban por allí y los que iban a entrar en el museo, el que goza de mayor fama de Alemania. «Esperamos que la ‘diplomacia tunera’ tenga más éxito que las gestiones oficiales», dicen ahora los tunos, que aún no se creen que alguien como la máxima autoridad alemana bajase a la calle como si fuese cualquier otro ciudadano y que ni siquiera se les acercasen los policías para comprobar quiénes eran.
- En el buque escuela español.
Los miembros de la tuna de Arquitectura Técnica continuaron viaje por otros puntos de Europa y en Francia, en la localidad de Saint Maló, se encontraron con que estaba atracado el buque escuela español, el velero ‘Juan Sebastián Elcano’. Los tunos fueron a ver el barco y se llevaron la sorpresa de que uno de los tripulantes era granadino, por lo que pudieron subir a bordo y visitar el velero. Las suerte se alió con ellos y el comandante de la embarcación, el capitán de Navío Alfonso Gómez Fernández de Córdoba, pidió a los tunos que recibiesen con sus canciones al embajador de España en Francia, Carlos Bastarreche Sagües, que iba a girar una visita al barco.
Así lo hicieron, lo que les sirvió para ser invitados al día siguiente a la recepción oficial que se realizó en el ‘Elcano’, donde actuaron para todos los asistentes.Fran Latorre, Ideal
