La crisis y el descontento popular se verán reflejados en el próximo Parlamento italiano. A menos de tres semanas de las elecciones, los sondeos dibujan un escenario fragmentado, de gran complejidad política y con serias incógnitas sobre la estabilidad a medio plazo. El desencanto y la rabia ante la clase política tradicional no benefician al tecnócrata Mario Monti sino al Movimiento 5 Estrellas (M5E), del cómico Beppe Grillo, máxima expresión del voto de protesta.
Los mercados son sensibles a esta situación y, como ocurre con España debido al último escándalo, empujaron ayer al alza la prima riesgo sobre la deuda italiana y provocaron una severa caída de 4,5 puntos en el índice principal de la Bolsa de Milán. A los inversores no les gustan las perspectivas políticas que ven.
Un sondeo divulgado ayer por el canal privado de televisión Sky otorga al M5E el 16,5% de intención voto, por encima de la coalición centrista de Monti (13,2%). Si el movimiento de Grillo confirmara ese sorpasso a los centristas –como también apuntó anoche otra encuesta, de Rai3– y quedara tercero, sólo por detrás del las coaliciones de centroizquierda y de centroderecha, sería un terremoto. Significaría un severo revés para el aún primer ministro y mermaría su fuerza política y su legitimidad moral a la hora de un eventual pacto con el centroizquierda para formar el próximo gobierno.
Otro estudio de opinión, publicado por el Corriere della Sera, es muy revelador sobre el sentir de la juventud. Entre quienes tienen entre 18 y 23 años –son 4 millones, que votarán por primera vez en unas generales– el apoyo a Grillo llega al 30,4%, más que a cualquier otro partido. El centroizquierda supera esta cota, pero sólo si se suma el respaldo al Partido Demócrata (PD) y el que cosecha otra formación aliada, Izquierda, Ecología y Libertad.
“El boom de Grillo es la otra cara del Gobierno técnico”, opinó el exministro de Economía Giulio Tremonti, muy crítico con Monti. Según Tremonti, que formó parte del último gabinete de Berlusconi, el gran error de Italia fue no ir a las urnas en el otoño del 2011, como hizo España, y optar por la solución de colocar a Monti y sus tecnócratas, que, según sus propias palabras, han sido “un monstruo político en Europa”, una experiencia inaudita de un gobierno que, sin pasar por las urnas, ha tomado medidas muy drásticas. El resultado de ese despropósito ha sido, para Tremonti, que se ha dado alas a la protesta política, capitalizada por el M5E de Grillo.
“Muchos de los electores votarán (al M5E) para protestar; otros están legados a la identidad de ese partido”, indicó a La Vanguardia el demóscopo Renato Mannheimer, presidente del instituto ISPO.
El Movimiento 5 Estrellas es, en buena parte, la cristalización en Italia de la amplia legión de descontentos. Es como si, en España, los indignados tuviesen un cauce político organizado. No recoge únicamente la rabia de los afectados por la crisis sino el hartazgo con el sistema de partidos, con el despilfarro de las instituciones y de los servidores públicos, y con la corrupción.
Hay mucha desilusión en Italia porque se ha comprobado que el seísmo que hubo al inicio de los años noventa del siglo pasado, tras los escándalos de corrupción y la operación judicial Manos Limpias, no ha servido de nada. Al contrario. Si antes se robaba, sobre todo, para ayudar al partido, ahora se roba, con absoluto descaro, en beneficio propio, para llenarse los bolsillos, para comprar vehículos, casas, para pagar viajes e incluso la munición de caza, como hizo un diputado regional. Ha sucedido en Lombardía –la región de la Liga Norte y de la consigna “Roma ladrona”–; ha sucedido en Lacio, en otras regiones, en provincias y municipios. Se han visto implicados políticos de izquierda, de derecha y de centro, del norte y del sur.
El Movimiento 5 Estrellas es una experiencia singular porque su fundador y líder carismático, Beppe Grillo, no se presenta a las elecciones y –que se sepa– no aspira a ningún cargo. Se trata de una red de partidarios que usa mucho internet. Una de sus propuestas principales es abolir la financiación pública de los partidos. También pide que haya un límite de dos mandatos para los cargos elegidos y que el sueldo sea equivalente a la media salarial nacional, sin otras prebendas ni privilegios.
En su programa, el M5E plantea puntos interesantes como la “ciudadanía digital por nacimiento” para todos los italianos. Eso significa que el Estado tendría la obligación de facilitar el acceso gratuito a internet a todos los ciudadanos. Consideran que ese acceso es ya algo vital para el desarrollo de una persona y el funcionamiento de una sociedad libre. También aboga el movimiento de Grillo por reducir a un único canal la televisión pública, que estaría dedicado exclusivamente a información y cultura, sin publicidad. El M5E pretende imponer un tope a las retribuciones de los altos ejecutivos de las compañías cotizadas en bolsa y de las empresas con participación estatal.
Los sondeos indican que el M5E ha superado el bache provocado por algunos problemas y disensiones internas, incluidas algunas sonadas deserciones de personas que fueron elegidas en sus listas para cargos municipales o regionales y que denunciaron el modo casi dictatorial con que Grillo dirigiría el movimiento. El líder y gurú del M5E expulsó a una concejal porque osó salir en una tertulia televisiva, algo que Grillo había prohibido.
El M5E tomará votos de todas las opciones políticas y movilizará a un sector de los indecisos. Las regionales de Sicilia demostraron que, además de jóvenes, pueden votarle también otros sectores de población, incluidos profesionales y gente con pequeños negocios.
Por la izquierda, intenta pescar votos del descontento una nueva opción política, Revolución Civil, que encabeza el exfiscal antimafia de Palermo Antonio Ingroia. Es un variopinto conglomerado que incluye a Refundación Comunista y al pequeño –y desprestigiado– partido Italia de los Valores, del exjuez Antonio di Pietro.
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- Sondeos vía teléfono móvil.
La publicación de sondeos electorales, en prensa, radio y televisión, estará prohibida en Italia a partir del próximo fin de semana, pues la ley así lo establece para los 15 días previos a los comicios. Pero una empresa privada de Trieste ha desarrollado una aplicación para móviles que, previo pago de 10 euros, permitirá al usuario conocer hasta el último día el contenido de los sondeos que se realicen. Al parecer, no hay impedimento legal.
Eusebio Val, La Vanguardia