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Solución de Susana Díaz al Metro de Málaga: a La Malagueta ni soterrado ni en superficie; no llegará

En esta última semana la nueva presidenta de Andalucía, Susana Díaz, ha olvidado ya al menos en dos ocasiones que continúa gobernando sin mayoría absoluta y gracias a un acuerdo de Gobierno con IU. Si ya incumplió este acuerdo en lo referente a la prohibición del cultivo de transgénicos en Andalucía (ver aquí), dos días después se reúne con Francisco de la Torre, alcalde de Málaga (del PP) y comete un nuevo incumplimiento de un acuerdo surgido esta vez del Consejo de Gobierno (ver aquí estudio del proyecto viable con paso en superficie hasta La Malagueta desde el Guadalmedina).

Así, si en Consejo de Gobierno se aprobó plantear un estudio de modificación del proyecto inicial del Metro de Málaga para hacer viable su llegada hasta La Malagueta, disponiendo que lo hiciera en superficie en el tramo desde el Guadalmedina, en menos de un mes como presidenta Susana Díaz se ha cargado dicho acuerdo del Consejo de Gobierno para unirse nuevamente al PP en el Ayuntamiento de Málaga e impedir que el Metro de Málaga llegue de forma viable hasta La Malagueta.

Susana Díaz actúa nuevamente como si tuviera mayoría absoluta, ignorando a IU, que es una de las dos formaciones políticas que sustentan su Gobierno, y vende ahora como un éxito la solución a un conflicto entre el Ayuntamiento de Málaga (PP) y el Gobierno andaluz (PSOE-IU).

Hay que recordar que este conflicto se producía porque, ante la inviabilidad en costes y tiempo de ejecución del proyecto inicial que disponía la llegada soterrada hasta La Malagueta, el Ayuntamiento de Málaga exigía que se mantuviera dicho diseño soterrado en el tramo desde el Guadalmedina, y el Gobierno andaluz exigía garantizar la viabilidad y el tiempo de ejecución con un diseño en superficie en ese mismo tramo.

Con la llegada de Susana Díaz se ha impuesto la doctrina de "muerto el perro se acabó la rabia". Es decir: la presidenta ha impuesto que la mejor solución para este conflicto sobre el Metro de Málaga no sea otra que la siguiente: el Metro de Málaga finalmente no llegará hasta La Malagueta.

Llama la atención que se intente vender ahora como un éxito el renunciar a la llegada hasta La Malagueta, cuando el problema era precisamente ése: garantizar la viabilidad de la llegada del Metro hasta ese punto y llegar a un acuerdo sobre si esa viabilidad se garantizaba con el paso soterrado o en superficie. Para Susana Díaz no hay problemas sin solución: se impone la renuncia a la llegada a La Malagueta y asunto resuelto.

Esta imposición es todavía más incomprensible si cabe si tenemos en cuenta que la llegada soterrado sólo hasta el mercado de Atarazanas cuesta (ver dato aquí) 8,5 millones de euros más que la llegada en superficie hasta La Malagueta (ver dato aquí), por lo que el argumento esgrimido por Susana Díaz de que ésta es la solución más viable se cae por el propio peso de los datos que no engañan a nadie.

Lo único positivo tiene que ver nuevamente con IU, que ha sabido poner por delante de la razón y los datos que desde el primer momento estuvieron de su parte a los trabajadores y las trabajadoras de esta obra pública que, en caso de mantenerse el conflicto y no darse ningún paso, se habrían visto en el desempleo. Así IU prueba una vez más su compromiso con el empleo, pues la otra opción era la paralización total de las obras y el despido inmediato de cientos o miles de personas que pasarían a engrosar las listas del desempleo en Andalucía, y en esta ocasión por una decisión que en último término debía tomar el Gobierno andaluz, por lo que de haberse paralizado las obras los centenares o miles de despidos llevarían el sello, la firma, de un gobierno de izquierda que tiene como máxima prioridad la lucha contra el paro.